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Como un espejo de la diáspora de su pueblo, la selección de fútbol de Israel debió padecer persecuciones y un interminable éxodo hasta encontrar un lugar en el mundo en que la aceptasen y dejaran competir.
Apenas creado el Estado de Israel, en 1948, nació la Asociación de Fútbol de Israel y la creación de una selección de fútbol independiente a la que, hasta ese momento, competía con aval de la FIFA como Palestina, bajo mandato británico.
Ocho años le llevó a Israel ser aceptada por la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) para poder competir en los torneos que esta organizaba. Ese mismo año, logró clasificar a la fase final de la primera Copa Asiática que se jugó en Hong Kong, donde sería subcampeona de Corea del Sur.
Las cosas, de todos modos, no estaban bien. La tensión política de Israel con los países árabes no pasaba desapercibida en el fútbol. Un ejemplo burdo: la selección hebrea ganó las eliminatorias de Asia y África para el Mundial de Suecia 1958 sin jugar ni medio minuto, porque los países árabes se rehusaban a enfrentarla.
Para la FIFA, que Israel llegara al Mundial sin jugar no era aceptable, por lo que inventó una suerte de repechaje frente a Gales. Los europeos ganaron 2 a 0 los dos partidos y el sueño israelita de ir a Suecia a apenas diez años de su nacimiento como país se apagó.
El periplo asiático continuó con éxito creciente. A un nuevo subcampeonato en la Copa Asiática de 1960, Israel finalmente pudo darse el gusto de ganarla, en la edición que organizó en 1964. Sigue siendo, hasta ahora, su único título oficial.
Vinieron después sus dos grandes hitos: la clasificación a los Juegos Olímpicos de México de 1968 y al Mundial que se disputó en ese mismo país, en 1970. Serían los últimos años felices, los tambores de guerra sonaban fuerte en Medio Oriente y comenzaría el éxodo futbolístico.
En 1974, un año después de la Guerra de Yom Kippur, Corea del Norte y Kuwait pidieron formalmente la expulsión de Israel de la AFC. La moción tuvo 17 votos a favor, 13 en contra y seis abstenciones. Israel quedaba desterrada del fútbol asiático.
Para buscar un pasaje para el Mundial de Argentina de 1978, Israel logró un cupo en las eliminatorias de la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC). Para España ‘82, lo haría en la clasificación de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA) y, de nuevo, para México ‘86 Italia ‘90, disputaría con los países de Oceanía.
Pero en el medio de esas dos últimas experiencias, en 1988, el éxodo israelí tocaría tierras sudamericanas.
En Argentina se iba a disputar el Sudamericano Sub-20 que otorgaba tres plazas al Mundial de la categoría a jugarse en 1989 en Arabia Saudita. Sin lugar en ningún lado, Israel encontró cobijo en la Conmebol, aún pese a las amargas quejas de Perú y Ecuador por lo “abusiva y arbitraria” que consideraron la inclusión de los israelíes.
“Es cierto que ellos no han pertenecido a ninguna asociación de balompié en el mundo, pero es tiempo que comiencen a participar en algún lado”, se defendió el vicepresidente de la Conmebol, Miguel Nasur.
La cuestión es que los pibes de Israel llegaron a Buenos Aires con sus bolsos e ilusiones y se alojaron en un hotel céntrico, pese a la primera intención de instalarse en la Sociedad Hebraica en Pilar. El debut fue frente a Paraguay, en Vélez, el 2 de mayo, con triunfo israelí por un 1 a 0 por el gol del delantero Nir-On.
Dos días después, le tocaría caer ante la Argentina de Carlos Pachamé por 2 a 0, con goles de Daniel Hernández y el Cholo Simeone.
El 6 de mayo, volvería a perder, esta vez ante Perú, pese a comenzar ganando con un penal ejecutado por el zaguero Ben Simón. Seis días después vendría su mejor actuación: goleada a Chile por 3 a 0, con doblete de Nir-On y el restante por Gean. En el último partido de la zona, vencería a Venezuela 1 a 0 con gol de Moharer.
Pese a la buena campaña -tres triunfos y dos derrotas-, Israel no logró pasar al cuadrangular final porque empató en puntos con Paraguay, aunque estos tuvieron mejor diferencia de gol. Finalmente, Brasil, Colombia y Argentina obtendrían la clasificación al Mundial.
Ya comenzada la década del ‘90, el éxodo israelí encontraría finalmente un descanso en la UEFA, de la que es miembro pleno desde hace varias décadas.
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Vi esto por ahí
El arquero todavía no sabe qué le hizo
Me encanta la tira Stopper Viejo que dibuja Esteban Serrano (@cienperros en Instagram) y que, me dijo, es “totalmente autobiográfica”:
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En pleno aislamiento en 2020, hice un podcast con seis episodios.
Hasta la próxima,
Bruno.